Voy a hablarles de seres extraños, desconocidos por casi todos;
Gente valerosa y segura parada en el mundo como si le fuera propio, y nosotros visitantes
El Sol es su Dios Supremo, y su nahual, el jaguar: el jaguar, como metáfora del Sol.
Peritos en cornisas y clavados en el mar.
Baqueanos en pantanos, regiones inhóspitas, florestas húmedas e islas flotantes…
El nombre de su casa significa “paraíso”
Es gente tripulante de las neblinas que hacen relucir las selvas de verdadero color esmeralda;
Su origen es un lugar mítico pero cercano
Ese lugar es también lugar de ciervos, lugar de mariposas, lugar del metal, lugar de la blancura.
Por las descripciones, su lugar es una isla en la que la gente vive sin necesitar nada;
Aman mirando el cielo
Meten la mano en la boca del tigre cuando quieren,
Y en las noches huracanadas y terribles invocan a su Dios
Se aprietan junto a Él
Le acarician el rostro con los ojos;
La piel les enseña los rituales necesarios
Ellos no necesitan resistir jamás la tristeza o el encierro porque nunca desean lo que no tienen y nunca están adentro
Aunque es verdad que no salen de su casa, también es verdad que sus distantes puertas están siempre abiertas:
¡Que entre el que quiera!
Los amigos
Los animales
Las nubes
Los ríos salidos de madre
Los astros que jamás andan a la deriva por el cielo
¡Y celebran con chicha o con aloja cada reencuentro!
Sus mitos afirman que su civilización es tan antigua que se pierde en la penumbra de los tiempos.
La localización exacta de su tierra es Abya Yala, un continente aún no descubierto ni aún por sus advenedizos habitantes
Y allí en Abya Yala ellos nunca mueren;
Sólo se desvanecen, para volver a resurgir más allá…
Una y otra vez
Y para siempre
Hermoso!!
ResponderEliminarAplausos, Doña Marta Balbi.